top of page

LOS DESILUSIONADOS

  • 26 may 2019
  • 3 Min. de lectura
58442720_1371900919608727_6508760063614648320_n

Si hay algo en que se han empeñado el madurismo es en crear a los desilusionados. Con su dogma y su práctica, los maduristas han logrado en gran medida convertir al ciudadano en un sujeto desilusionado. Ha sido ésta una práctica diaria y sistemática. En gran parte les ha dado resultado y de ese beneficio viven actualmente.


La casi defunción del espíritu ciudadano se siente cada día. Su fenecimiento se anuncia con bombos y platillos en cada declaración gubernamental. Sin embargo, ese espíritu moribundo es solo un estadio de la órbita política actual. Los maduristas pretenden la descomposición de todo el espíritu de la nación.


Ellos, los maduristas, son una mala alma supersticiosa. De allí, que hayan desembocado en eso que ellos llaman revolución, que solo es  decadencia de una práctica política rancia. Y esta decadencia está envuelta en tinieblas y silencio, en la imperfección y la fealdad de los hundimientos tramposos.


Los maduristas en su decadencia confían en lo pasado. Que como tal ya no tiene ninguna vigencia y ha expedido, esto es, fallecido. Viven de la carroña histórica y ciudadana. Son zopilotes de la vida. El propósito que tienen es el de suplantar la realidad con falsas ideas, para crear una ficticia e ilusión. Por eso siempre están condenados al fracaso.


La empresa madurista va dejando tras de sí un desierto de desilusión. Pues, busca que el ciudadano quede completamente desmoralizado. Busca la derrota de todo intento audaz e idealista, esto es, la muerte de todo sujeto que piensa. Pretende que el ciudadano pierda toda fe espontánea, que no crea en nada. Que sea una fuerza enclenque.


El madurismo tiene la mirada puesta y apuesta a que no exista una fuerza clara y disciplinada. Ni razón ni colectividad ni individuo. Que desaparezcan los resortes vitales, que toda la vida sea algo fofo y flojo. Para que la no-vida sea la creencia que todos los ciudadanos abriguemos.


El madurismo pretende la mengua del coraje viril, para que impere el reinado de la cobardía. Para ello ha instaurado un tiempo enfermo, un tiempo de indignidad. Una sociedad física y mentalmente degenerada. Una época estéril de cosecha humana, una nación despoblada, donde ha disminuido el poder productivo de los sujetos.


El terror general busca implantar la general cobardía, que germina en los intersticios del alma. De esta manera, se termina siendo cobarde para todo, se retorna a tiempos primitivos. Ya que, nadie confía en triunfar ante las dificultades por medio del propio vigor.


Los maduristas buscan que la vida se sienta como un terrible azar, en que los ciudadanos dependen de voluntades misteriosas y latentes; voluntades que operan según los más perversos caprichos. El alma envilecida, entonces, no es capaz de ofrecer resistencia al destino político, y busca en las prácticas más viles los medios para pervivir en voluntades ocultas.


Incapaz el espíritu de mantenerse por sí mismo en pie, busca cualquier tabla para salvarse del naufragio y a alguien que lo ampare. El ciudadano ya sometido es el esclavo que busca un amo. Ya nadie recuerda siquiera los gestos nobles del orgullo y el imperativo de libertad, que alguna vez resonaron en la ciudadanía.


Los sujetos siente el afán de la servidumbre. Quieren servir ante todo a un ídolo, a un muerto. Por ello, el sujeto que mejor cuadra al espíritu madurista, en el ocaso de su absurda revolución, es el del espíritu servil. Pues, éste no conserva esfuerzo suficiente para sostener una actitud digna.


Por el contrario, en tiempo de salud el ciudadano goza de la dosis de valor personal para afrontar honestamente los casos de la vida. El valor se convierte en una cualidad individual. La valentía se torna actitud que le hace frente al poder público que oprime al cuerpo social. En tiempos de salud el alma vigorosa rompe los cimientos de la sumisión contra el imperio de la mentira. La energía individual que es la razón aspira a lo  que siempre es posible.


Referencias:

Twitter: @obeddelfin



 
 
 

Entradas recientes

Ver todo

Comentarios


bottom of page