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Desde que el régimen militarista, pretendiendo trastocar la institucionalidad democrática que venía construyéndose, aunque con mucho esfuerzo, pudo imponer algunos fundamentos del mentado socialismo del siglo XXI razón esa por la cual hizo frenar buena parte de las propuestas contenidas en la oferta electoral expuesta a finales de 1998, la educación comenzó a decaer. Empezó a verse sacudida por las consecuencias del vapuleo que el nuevo gobierno militarista le propiciaba.


Tanto fueron las zarandeadas “revolucionarias” luego del año 2000, que sus efectos inmovilizaron la educación. La misma educación cuyos resultados llegaron a situar a Venezuela entre los países que destacaron por su desarrollo económico y social. Particularmente, dado el impulso que los gobiernos de los quinquenios precedentes le infundieron a la educación en todas sus fases de implantación y cimentación.


Aunque no siempre sus resultados coincidieron con los objetivos formulados a instancias de los programas, proyectos y planes que para entonces se elaboraron. Habida cuenta, los problemas eran múltiples, pese a que los esfuerzos fueron consistentes.


Pero de aquello a lo que hoy puede avizorarse, después de casi veinte años de continuo desmoronamiento de la estructura de gobierno sobre la cual descansa la funcionalidad y direccionalidad del llamado Estado Docente, la diferencia es descomunal. Peor aún, puede calificarse de inconmensurable al considerarse variables que aunque pueden lucir comunes, no son confrontables por cuanto sus ámbitos de operación remiten a situaciones totalmente invertidas. Y por tanto, desiguales en términos de sus rangos de aplicación.


No es de dudar que para la revolución bolivariana, la construcción de prisiones, tanto como de edificaciones para comandos de cuerpos preparados para la represión, y la ampliación de ambientes carcelarios, configura una lista de prioridades.Prioridades éstas situadas por encima de la construcción de escuelas, liceos y universidades autónomas dirigidas a la formación del talento que necesita el desarrollo nacional.


Y es que ante lo que bien escribiera el Libertador Simón Bolívar sobre educación, las realidades venezolanas exhiben un cuadro de atrocidades que lucen vergonzosas reconocer. El que Bolívar plasmara que: “las naciones marchan hacia el término de su grandeza con el mismo paso con que camina la educación”, hace inconciliable el hecho de admitir que el régimen autoritario que mantiene oprimida a Venezuela, haga alarde del legado de Bolívar para sí. Sobre todo, al utilizar su nombre como mampara de su doctrina política. Cuando lo menos que hace, es respetar, proseguir y reverenciar el ideario bolivariano toda vez que dice actuar bajo la égida social, política, ética, moral y cultural del Libertador. Y que igual dejó ver y sentir, en la mismo línea de pensamiento y preocupación, cuando el propio Bolívar adujo: “las naciones marchan hacia su grandeza, al mismo paso que avanza su educación”.


Advertido esto, pareciera que el régimen venezolano no entiende el ideario bolivariano. O lo ha comprendido al revés. Eso se infiere luego de vislumbrar lo que envuelve el sentido de su palabra cuando manifestó: “un pueblo ignorante es ciego de su propia destrucción”. Y es exactamente, lo que infunde el régimen con su torcida y pervertida gestión. Quizás, buscando convertir al pueblo venezolano en ignorante valiéndose de una educación absolutamente regresiva y transgresora de valores, virtudes y principios de moralidad, ciudadanía, dignidad y honestidad. Y tan es cierto, que el mismo Libertador insistió en ello al referir que “el talento sin probidad es un azote”.


Si bien la educación ha contado con todos los argumentos y justificaciones para desafiar las políticas educativas formuladas por los distintos gobiernos desde que Venezuela se constituye en República libre y soberana, aunque con los engorros propios de cada coyuntura política, lo que ha corrido del siglo XXI degeneró su esencia, misión y visión. O para decirlo con una palabra: mancilló su perspectiva.

En veinte años que pesan sobre el país por causa de la hurgada revolución por impúdicas manos teñidas de color rojo peligro, la educación se envileció viciándose de conceptos superados, definiciones desvirtuadas, métodos endebles, procedimientos amañados y análisis desatinados de lo que configura el conocimiento que debe impartirse en cada subsistema educacional.


Todo ha sido así. Posiblemente, con el propósito de arremolinar al país. Desde luego a juicio del proyecto político-ideológico que engendraría la descomposición de la economía y la sociedad nacional, tal como se ha visto en el curso del tiempo transcurrido contando desde el 5 Enero de 1999. De manera que al final de la segunda década del siglo XXI, la educación se redujo a casi un contubernio de alharacas montadas sobre la ilusión de formar un “nuevo ciudadano”, un “nuevo hombre”. O a decir de la Ley Orgánica de Educación (2009), LOE, moldear “nuevos republicanos y republicanas para la participación activa, consciente y solidaria en los procesos de transformación individual y social (…)”


Pero, ¿cómo?, ¿con qué?, ¿con quién?, ¿cuándo? Y ¿hasta dónde?. ¿Cuál es entonces la lógica que articularía y ordenaría tan revuelto proceso? Particularmente, luego de reconocer que, en veinte años, la educación –propiamente concebida- ha sido omitida del plano de ejecutorias que debió acometer el régimen con los recursos de un Estado promisor, abundante y dadivoso.


Desarreglar a través de la educación

No hay otra contestación para concluir esta disertación, que no sea la que la educación propugnada a lo largo de los 50 artículos contenida en la LOE, no ha tenido otra intención que el desarreglo de la sociedad en términos de una grosera transgresión. Esto así, muy a pesar que la narrativa de la LOE busca destacar la obra del insigne educador Luis Beltrán Prieto Figueroa, cuyo pensamiento acució la formulación criterios que bien sirvieron para despuntar el desarrollo educacional que en otrora alcanzó el país. Pero la oronda normativa de la LOE, terminó siendo mal traducida toda vez que recortó la calidad y pertinencia de la educación necesaria para el cambio mínimo que clama el desarrollo nacional venezolano.


Lejos de menguarse la calidad y alcances del sistema educativo, trasquilándose criterios y postulados que deben guiar la educación, se ultrajó la pedagogía cambiándole sus fundamentos epistemológicos, ontológicos y deontológicos. Asimismo subestimándose al docente del contexto donde priman sus realidades institucional, social y económica. En consecuencia, la educación devino en un achicamiento de sus variables fundamentales. Tanto, que hoy se tiene un escenario caracterizado por el vaciado viciado de la educación (socialista).

ANTONIO JOSÉ MONAGAS: Profesor titutar de la ULA, Doctor en Ciencias del Desarrollo. MSC en Ciencias Políticas. MSC en Planificación del Desarrollo. Especialista en Gerencia Pública. Especialista en Gestión de Gobierno. Periodista Ciudadano (UCAB). Columnista de El Universal, Diario Frontera y RunRunes Web.


(Andrea Leal-CriptoNoticias).- ¿Cuánto puede valer un café con leche, un pasaje de transporte público o el salario mínimo en Latinoamérica si se pagara con Bitcoin? En este artículo calcularemos cuánto gana o gasta un latinoamericano convirtiendo su moneda nacional a bitcoins.


CriptoNoticias posee en su sección de Mercado Latino una calculadora que ayuda a convertir cualquier monto en criptomoneda a moneda nacional o viceversa. Divirtiéndonos con esta herramienta, hemos podido calcular cuánto puede costar en bitcoins (BTC) un ticket de metro en el Subte de Buenos Aires, un viaje sencillo en autobús dentro de Bogotá e incluso una taza de café en Caracas.



Argentina

El salario mínimo en Argentina, según cálculos oficiales del gobierno, se sitúa en los 12.500 pesos argentinos para el 2019. En este sentido, un mes de trabajo equivale BTC 0,0284890, posicionándose como uno de los países con mejor paga de toda América Latina.


Un café capuchino en un restaurante de la capital puede costar 0,00016866 bitcoins. Asimismo, el transporte público en Buenos Aires puede llegar a pagarse en los BTC 0,00004102  y un ticket del Subte en BTC 0,0003533.

Los argentinos para comprar un solo bitcoin tienen que pagar un aproximado de 438.665 pesos argentinos, según los precios de la criptomoneda para el momento en que se realiza la nota.



Chile

El sueldo mínimo en Chile es de 301.000 pesos chilenos, lo cual equivale a unos BTC 0,04298233. De esta manera, Chile se posiciona como el país latinoamericano con mejor salario mínimo de los cinco seleccionados para este articulo.


El metro de Santiago de Chile, por otro lado, puede llegar a costar hasta 0,00009567 bitcoins por pasaje simple. Para adquirir un bitcoin, los residentes de Chile, tienen que pagar hasta 7.002.877,63 pesos chilenos, según marca el mercado en este momento.



Colombia

828.116 pesos colombianos es el salario mínimo que registra actualmenteColombia. En criptomonedas, esto equivale a unos 0,02687139 bitcoins al mes. Asimismo, una botella de agua de un litro y medio, puede llegar a costar 0,00009086 bitcoins en un supermercado, según precios aproximados.

En cuanto al transporte público, un viaje por la ciudad de Bogotá puede llegar a costar 2.500 pesos, equiparable a BTC 0,00008112 por trasladarse.



México

El sueldo mínimo en México se acaba de posicionar en los 102 pesos mexicanos al día y 3.123 pesos al mes. En este sentido, un mexicano puede llegar a ganar hasta 0,01668037 bitcoins en un solo mes.


Tomar un bus en Ciudad de México puede llegar a costar 0,00002671 bitcoinsy un viaje sencillo en el metro de la ciudad costaría BTC 0,00001602. Por otro lado, un tamal de carrito puede costar hasta 0,00006409 bitcoins.



Venezuela

El sueldo en Venezuela es de 40.000 bolívares soberanos. Un sueldo de un mes para un venezolano representaría unos BTC 0,00042419, posicionándose como el país con el salario mínimo en Bitcoin más bajo de Latinoamérica.


Un café con leche estándar en la capital de Venezuela puede llegar a costar unos 0,00006363 bitcoins. Asimismo, un boleto en el metro de Caracas cuesta unos 0,000000042 bitcoins y el pasaje mínimo por la ciudad unos 0,00000530 bitcoins.

Un bitcoin puede costar en este país hasta 94.297.290 bolívares. Es decir, más de 2.300 salarios mínimos por un BTC. Asimismo, un ciudadano puede adquirir un satoshi por el precio módico de 0,84 bolívares.



España

Aunque España no pertenece al continente latinoamericano, resulta interesante que sus 900 euros como salario mínimo equivalen a un sueldo de 0,09656352 bitcoins. Siendo el país hispanohablante cuyos ciudadanos tienen más posibilidades de adquirir un bitcoin con un salario mínimo y medio.


Además, un ticket de metro en Madrid podría llegar a costar 0,00016094 bitcoins si se pagara con criptomonedas. En el caso de Barcelona el ticket costaría unos 0,00023604 bitcoins, siendo un poco más caro que la capital española.

  • 18 jul 2019
  • 3 Min. de lectura



—Compaí, usted se ha fijao que el árabe está cómo desaparecio, ni más ha vuelto a salir. Ese como que está escondio. Asustao debe de andar.


—La conciencia hombre.


—Y otra cosa este gobiernito cómo que solo son tres individuos ni uno más. Uno es el cooperante que declara más que Ledezma cuando era alcalde de Libertador y más que declarar es amenazar, a todo el mundo lo anda amenazando. El otro es el mostachudo quien nadie le cree, el pobre lo que hace es gastar saliva en vano. Y el braguetazo es el tercero, que lo único que sabe hacer es decir los Estados Unidos y bla bla bla… eso es todo el tiempo echándoles la culpa a los gringos.


—No hay más nadie en verdad, ahora que usted lo mienta. No me había percatado, pero es así.


—Y lo otro es que estos chavecos llaman traidor a todo el mundo. Para ellos traidor es cualquiera que no le cargue la mona de sus mentiras. Pero yo pienso una cosa.  Que los traidores son ellos.


—Cómo así.


—Bueno. Son traidores porque tienen por el suelo la industria petrolera, esa está toda quebrada y se han perdido las instalaciones en el extranjero por culpa de ellos.

Entonces quién es el traidor.


Son traidores porque tienen a la gente pasando trabajo en las bombas de gasolina esperando días para poder llenar el tanque ¿cuándo se había visto eso en este país?

Por eso son traidores.


Son traidores porque en estos años nos han hecho pasar más hambre que ratón en ferretería. Y creen que uno va a comer con una mocha caja que llega una o dos veces al año. Por eso son traidores.


Son traidores porque la gente no consigue la bombona de gas para cocinar, la gente tiene que estar pagan la especulación y lo que le pidan por una bombona cuando antes se la traían a la casa o se compraba en cualquier parte sin problema. Por eso son traidores.


Son traidores porque han implementado un estado de terror. Han asesinado a militares, diputados y los muchachos por bojote. Una revolución de muerte es lo que se ha convertido este gobierno. Por eso son traidores.


Son traidores por ni en los hospitales ni en los CDI se consigue nada. Y los precios de las  medicinas están por las nubes. ¿Quién puede comprar un medicamento si lo llega a conseguir? Por eso son traidores.


Son traidores porque con su mala política han hecho que la gente se haya ido huyendo de este país. Ha vivir en el extranjero en un estado de depresión y angustia por ellos y por los que se quedaron. Por eso son traidores.


Son traidores porque todos los días mienten con descaro para mantenerse en el poder a costa del sufrimiento y la necesidad de la población. Todo este gobierno es una mentira, una mentira descarada. Por eso son traidores.


Son traidores porque han acabado con la educación, ya muy poca gente va a las escuelas, liceos y universidades. No hay alumnos ni hay profesores. Han acabado con la educación porque han querido hacerlo. Por eso son traidores.


Son traidores porque nunca asumen la responsabilidad de este desastre que han hecho. Se la pasan diciendo que la culpa es del imperio, de la oposición y de cualquier otro. Pero ellos nunca. Por eso son traidores.


Son traidores por la frustración y la impotencia en que vive la población. Una población que han sometido a la miseria para que vida de las migajas que ellos les lanzan después de sus banquetes y fiestas. Por eso son traidores.


So traidores porque han barrido a su propia gente, a la gente que una vez los apoyó con la esperanza de salir del estado de necesidad. A su propia gente la han sometido al escarnio y ahora los echan a un lado como si fuesen un trapo viejo. Por eso son traidores.


Son traidores porque hablan de una revolución que no existe, una revolución de muerte y hambre es lo que han implementado. Por eso son traidores.

Son traidores porque se han robado las riquezas de la nación y que nos pertenece para el disfrute de todos, nos han llenado de hambre y miseria a costa de saquear a la nación. Por eso son traidores.


Son traidores por todo lo nos han hecho y por lo que han hecho con nosotros. Nos han quitado la esperanza, la alegría y nos han hundido en la desesperanza y la tristeza. Por eso son traidores.


Por todo eso y muchas otras cosas más son traidores. Y solo ellos son los traidores a la gente.


Traidor tú gobiernero mediocre.


—Nada de eso se lo puedo discutir, ni mucho menos.


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