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  • 7 jun 2019
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 10 jun 2019



—Compita, se enteró que van a monetizar las reservas mineras de la nación. ¿Qué será eso?


—A pues, seguro que quieren saber cuánto es eso en dólares o euros para ver cuánto se van a meter en los bolsillos. A lo mejor dicen esto es tanto, entonces, esto pa´mi, esto pa´mi, esto pa´tu y así van haciendo hasta que se guardan las monedas. Como los tres alegres compadres.


—¿Será?


—Estos no son unos inocentes que se diga. Además, leí que no sé en cuánta guarandinga más somos la mayor reserva del mundo. Siempre el mismo cuentico de las reservas, y el hambre y la necesidad jugando garrote.


Tienen las ganas largas de hincarle el diente a todo ese platal que hay ahí. Hacen negocios con quién sea, y nada de eso pasa por el Congreso, perdón, por la Asamblea Nacional ni la una ni la otra. Estos disponen a como les ronca las riquezas de la nación.


—Yo recuerdo que antes esos negocios requerían la aprobación del Congreso Nacional.


—Lo recuerda, verdad. Bueno, eso se acabó. Ahora estos chavecos son como Jalisco, si no ganan arrebatan. Y es más lo que arrebatan.


Qué estos van hacer algo bueno con toda esa plata es de ilusos, esos están ya pensando en dónde la van a guardar, si antes no la gastan en prepagos.


Seguro que todos esos contratos que van firmar es con la misma empresa, que le van cambiando el nombre.  Nada bueno puede salir de ese asunto de la monetización de todas esas riquezas. Y uno mirando pa´Petare.


Todas las maravillas que van hacer en este país eso es de los dientes pa´fuera. Porque solo de promesas hemos vivido en estos años del mostachudo. La noticia la tiran así de lo más inocente haber si uno muerde el anzuelo.


—Y la cara tan seria que ponen cuando dicen esas cosas, ni hipo les da. Usted cree que le metan mano a ese dineral.


—Hasta el codo se les va. Y ahora si que nos llevo quien nos trajo. Sin petróleo, sin hierro, sin oro, sin níquel… Estos está quedando arramblao, y no hay soga que nos arrastre.


Ya sacaron las cuentas a cómo se van dividir la marusa cada uno. Y lo dicen en cadena nacional para uno no vaya a decir, más adelante, que no nos lo dijeron. Por cuentas claras y que conservan amistades.


Allá uno que no entienda lo que le están diciendo. Esos hablan de millones de euros, porque parece que ya con el dólar no da abasto para sacar la cuenta del platal que piensan silbarse.


—Esto se volvió pira.


—Así es. Y no hay nadie que les diga nada. Y si alguien sale de atrevio, le dicen que es vendepatria, traidor de la patria y no sé cuanta cosa más. Y todo eso es para no dar respuestas del chanchullo que tienen montao.


Esos y que están acabando con todo lo que hay en esas tierras. Nada les importa, por allí hay una gente que anda defendiendo esas tierras del arco minero; cualquier día de estos les dicen que son unos traidores y pa´l pote. Le ponen los ganchos y adiós luz que te apagaste.

Son unos barril sin fondo, no se les consigue orilla en las malas ambiciones que tienen.


—Aunque la masa no está pa´bollo.


—Eso no les importa ná. Están raspando la olla. Y uno comiéndose las verdes porque es la única que hay. Y sigue hablando lo mismo de siempre que nos vamos a convertir en una «potencia productiva», parece un disco rayao.


Siempre en futuro por esos son mesiánicos, como dice el primo. Todo es para mañana y si no es mañana será pasao mañana. O algún día se realizan las promesas y si no es por culpa del catire del norte, que no lo deja hacer.


—A otro perro con ese hueso.


—Es que no se le puede creer, son unos cleptómanos. No así no se dice, ya le dijo. Mitómano, así es que los mientan. No sé exactamente lo que significa, pero creo que son los mismos que hacen las «fake news» esas. Bueno, por ahí va la cosa.


Volviendo al asunto de la monetización de las reservas mineras. Dios nos agarre confesaos. Si hemos llegado a este estado de miseria, de acá pa´lante ya no se sabe que irá a pasar.

—Yo siempre me encomiendo a las tres divinas personas.


—Si son cuatro o cinco mejor, para que esté bien respaldado. Porque lo que viene es candanga. Ya el dólar va los 7 mil soberanos, que de soberanos lo que le quedó fue el mero nombre.

Y el serrucho está trabao. Ese cuentico que la monetización es para mejorar al pueblo, miré. A otro muerto con esa vela.


Bueno, ahí lo dejo.


Y le dijo: Por ahora, apriete.

  • 5 jun 2019
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 16 jun 2019


—¿Vio la entrevista que le hicieron al hombre? Compita.


—Qué hombre y qué entrevista, hombre.


—Al bigotudo, la entrevista que le hizo un hombre de por allá fuera. Donde el tipo se puso alebrestao, se amotinó el solo, estaba como picao de culebra.


—No he visto. Ni me interesa. Y le voy a decir por qué.


Eso es otro pote de humo. Todo eso es una gran engañifa. Algo se deben estar tramando estos chavecos. Porque esa entrevista hace tiempo atrás que se la hicieron y la censuraron porque se les pegó en gana.


Porque dígame usted que otra mentira va inventar el tipo, ya todas más una las ha dicho y nadie le cree. Ese, seguro, que no dice nada nuevo en esa entrevista, porque no hay nada ni nuevo ni bueno que decir.


Alguna vagabundería están tramando y sacaron la entrevista para distraer a la gente. Y como uno es averiguador y medio empieza a buscar la entrevista para verla y después empieza a enviársela a todo el mundo, y de ahí uno se pone a hacer los mismos comentarios y mentadas de estos últimos seis años. Nada nuevo, verdad.


Mientras tanto ellos van haciendo la estafa que tenían montada y estaban esperando que los bolsas nos distrajéramos.


—No le puedo quitar la razón en lo que usted dice.


—Ni me la quite ni me la dé, que esa no es la cuestión.


Mire cuando San Juan agache el deo es que a esos se les va a quitar lo azote de barrio que son. Usted sabe que aquel hombre que usaba un bigotico así cortaito tenía un compa que dijo algo como así: «si tienes una noticia mala invéntate otra más mala para tapar la anterior». ¿Quién sabe que otra desgracia se nos viene encima?


Algo ansina está pasando con el cuenta de la bendita entrevistas, y uno no se ha dado cuenta. La estafa la quieren tapar con eso de la entrevista. A lo mejor se quieren llevar algo que no es de ellos, o es que van a darle lo suyo a alguien. Porque ellos siempre dicen: «Perdona ésta y la otra que te voy a hacer» y así pa´lante.


—A bueno, ahora que usted lo dice no sería extraño. Porque a uno lo han tirao por un barranco.


—No es que uno sea malas pulgas. Pero pensar bien se hace difícil en estas condiciones. De cuando acá una entrevista que tenían metida en alguna caja fuerte y de pronto aparece así como si nada. Y nadie se da por enterao.


Se parece a la segunda que le hizo aquel al ojo puyuo, lo sacó de la casa y lo mandó para La Carlota y de hay para una embajada, cómo que no le gustó esa y lo pasaron pa´otra, y nadie se dio de cuenta. Ni los vestio de negros se dieron de cuenta y eso que éstos ven más que Superman, porque tienen vista de rayos x.


—Los milagros existen compita, y no niegue eso.


—Estos hasta a los milagros le meten mano.


Esa entrevista está haciendo más ruido que un juego de bolas criollas. Mire, eso se parece a aquellos delincuentes que se ponían en el Centro a hacer juegos de mano y mientras uno estaba con la boca abierta mirándolos le robaban la cartera, se acuerda.


—No me voy a acordar, si a la mujer por estar de mirona le robaron las utilidades.


—Ahí tiene. Estos están haciendo más algarabía que gallina sin nido. Y siempre que se traen algo entre manos empiezan a distraer a la gente. A embolatarla, para pasar por debajo de la mesa lo que en verdad le interesa. Y cuando uno se viene a dar de cuenta ya está ensartao.


Hay mucho bululú con esa mocho de entrevista. O a menos que se hayan puesto de acuerdo para venderla más cara y así partirse la cochina a medias. Uno nunca sabe.


—Se han visto casos.


—Y varios. Mire que la sinvergüenzura es muy grande. Porque ningún burro se mira su jamuga. Y parece raro que sea en este momento cuando se ponen con ese vídeo.


No sé, usted sabe más de estas cosas que yo.


—Qué voy a saber yo, compita. A mi me hablaron sobre la dichosa entrevista.

—Y salió mandao a verla. Esa es la trampa, la distracción.


Hay que centrarse en lo importante, mire que los payasos distraen mucho en este circo chaveco. Porque mientras uno tiene las tripas pegadas al espinazo estos andan de fiesta.


—Mire compita, usted cómo que es mal pensado con todo con lo que hace este gobierno. No todo es malo.


—Miénteme algo bueno pa´darle la razón. Ande pues. Es que no puede decir nada que valga la pena.


Una gran verdad si digo el tipo. Más tardecito hablamos de eso, porque ahorita voy a buscar un saldelso que me tienen apartao por allá.

Pero le dijo algo: Por ahora, apriete.

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